Regla de los Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco de Asís.

La Regla es el documento que define un estilo de vida religiosa conforme a un carisma reconocido por la Iglesia. Una misma regla puede ser adoptada por varias Congregaciones u Órdenes.

En nuestro caso, se trata de la Regla de los Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco de Asís. Nuestra Regla ha experimentado varias modificaciones desde su primera versión, aprobada por Nicolás IV en 1289. No obstante, siempre ha expresado nuestro carisma penitencial franciscano.

En su versión actual fue aprobada por San Juan Pablo II, el 8 de diciembre de 1982, con el breve pontificio Franciscanum Vitae Propositum


Los hermanos y las hermanas de esta Orden, junto con todos los que quieren servir al Señor Dios en el seno de la santa Iglesia católica y apostólica, perseveren en la verdadera fe y penitencia.

Propónganse vivir esta conversión evangélica en el espíritu de oración, de pobreza y de humildad. Y absténganse de todo mal y perseveren hasta el fin en el bien, porque el mismo Hijo de Dios ha de venir en gloria y dirá a todos los que le conocieron y adoraron y le sirvieron en penitencia: Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino que os
está preparado desde el origen del mundo.

Regla TOR – nº 2
¡Consulta nuestra Regla Actual aquí!: Franciscanum Vitae Propositum
Versión Primitiva: Supra Montem (1289)

Constituciones

Las Constituciones son el documento que hace normativa la Regla para un Instituto, Congregación u Orden Concreto. En nuestro caso, establece el marco para que los Franciscanos TOR (Tercera Orden Regular de San Francisco) podamos vivir conforme a nuestra Regla.

Son aprobadas también por la Iglesia, garantizando la Comunión con todo el Cuerpo de Cristo. Nuestras Constituciones actuales fueron aprobadas en 2020.


Los miembros de esta Orden se comprometen a realizar más plenamente su vocación a la santidad, que nace del bautismo y que es común a todos los cristianos. Su
modelo es San Francisco de Asís, que siguió al Señor Jesucristo viviendo la vida evangélica en conversión continua.

Según el espíritu de San Francisco, los hermanos se obligan libremente a vivir en fraternidad, a observar los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, a entregarse a la contemplación, al apostolado y a las obras de misericordia, con una especial dedicación a los pobres.

Constituciones TOR – nº 2
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